Carlota Pérez-Reverte Mañas
Ya está en emisión. Se
trata del nuevo programa de National Geographic llamado “A la caza del tesoro”
y si creen que el título lo dice todo, craso error, porque hay todavía mucho
que rascar si uno se para a leer detenidamente la presentación del programa.
Escoger una sola cita o
un momento es prácticamente imposible, cada palabra es una auténtica joya,
pero, por cuestiones de espacio, tendremos que sintetizar. Como punto de
partida y para situarnos, podemos analizar la presentación de los dos sujetos
protagonistas de estas hilarantes aventuras, Saylor y Wyant, alias “King” y
“Ringly”. Para los lectores curiosos, dejo el link:
La verdad es que no
tiene desperdicio. Podemos empezar con la expresión “Arqueólogos amateur” con
la que se definen a sí mismos, aunque lo que en realidad me gustaría es
terminar con ella. Hay Arqueólogos profesionales y amantes de la Arqueología,
pero un arqueólogo amateur es sencillamente un expoliador. La Arqueología
requiere estudio, especialización y experiencia. Implica una metodología
rigurosa y mucho trabajo de biblioteca, campo y laboratorio, mucho trabajo
previo a la excavación y posterior. Si es que hay excavación, cosa que no siempre
ocurre. Pero prosigamos:
Provistos
con un detector de metales, estos amantes de la aventura, la acción y la
historia recorren Estados Unidos de costa a costa para descubrir los tesoros
ocultos de su pasado.
Como buenos conocedores de la técnica del marketing,
los responsables de elaborar la información han sintetizado con precisión quirúrgica
la esencia del programa: Saylor y Wyant con su detector de metales y una pala agujereando
aquí y allá para reconstruir la procelosa historia de los EEUU. Pero, por si
quedan dudas y para dejar claro que no será un aburrido documental sino un
chispeante espectáculo, recalcan:
“A la caza del tesoro” no es una serie sobre
arqueología al uso. Los protagonistas de esta
producción no son arqueólogos profesionales, sino dos entusiastas de la acción y la
aventura, dispuestos a compartir con los espectadores del canal
la emoción de seguir el rastro a piezas y objetos perdidos…
La negrita viene así en
la Web que, con buen criterio, quiere recalcar los aspectos más importantes de
este excepcional programa. También facilitan un enlace para conocer mejor a la
entrañable pareja:
Aquí,
National Geographic sigue dejando claro lo especiales que son sus chicos:
Los
cazatesoros Tim Saylor "Ringy" y "King" George Wyant son
historiadores de andar por casa que están fascinados con descubrir historias
interesantes del pasado, y divertirse un poco en el proceso.
Porque ser riguroso y profesional no
es divertido, como todos sabemos; aunque lo fascinante de este párrafo es eso
de “historiadores de andar por casa”. Así, desenfadadamente, que no suene muy
serio a ver si la gente no lo va a ver. Porque hay personas muy aburridas que
dedican su vida a estudiar, investigar y documentarse y no queremos confusiones.
Nuestros chicos son de andar por casa, amenos y asequibles. Volvemos al mismo
concepto: señores, también ser historiador es fruto de años de estudio, también
tiene un método y un trabajo detrás. Uno es amante de la Historia o
historiador. Uno es arqueólogo profesional o amante de la Arqueología, pero no
arqueólogo amateur o historiador de andar por casa.
En mi fuero interno fantaseo con la
imagen del productor del programa acudiendo a la consulta del médico y una
recepcionista que le dice: “Pues antes teníamos un médico con MIR y oposición,
pero no era muy dicharachero ¿sabe? Ahora tenemos un médico amateur de andar
por casa, pero con un carisma desbordante… Pase a la salita que ya verá qué
risas.” Y si el ejemplo parece excesivo,
podemos probar con otras profesiones: arquitecto amateur, dentista amateur,
profesor amateur, electricista amateur, abogado amateur, juez amateur, contable
amateur… No inspiran confianza ¿verdad? Y sé, porque he podido comprobarlo, que
aún habrá alguien que piense “Hombre es que estas son profesiones para las que
realmente hace falta saber”. Bien, queridos, va siendo hora de que asuman que
para ser arqueólogo también hay que saber.
Pero me gustaría que conocieran
ustedes mejor a nuestra pareja, así que para ir cerrando les voy a dejar
algunas perlas y un enlace al completísimo CV de los protagonistas que,
créanme, me duele no poder reproducir y comentar aquí palabra por palabra. Todo
está disponible en la propia página de National Geographic:
Saylor, natural de
Iowa, se gana la vida programando para las compañías de seguros, Compró su
primer detector de metales en la década de 1980… "Encontré tres monedas de
plata, y me quedé enganchado con el proceso".
"La primera vez
que me emocioné fue cuando vi que en realidad podríamos encontrar monedas,
muchas" dice Wyant. … "Desde ese momento me enganché"
Son buscadores
incansables, pasan largos días en el campo excavando innumerables agujeros para
encontrar algunos humildes tesoros, mientras sueñan con extrañas monedas de oro
con las que tropezar algún día .
Sobre sus CV… no voy a
entrar en el asunto de los osos, las anacondas, el dolor físico de Wyant ante
la perspectiva de tener que tocar un libro o el fallido grupo de rock de
Saylor. Dejo a cada cual sus conclusiones porque, honestamente, no tengo
palabras. Sólo recalcaré que estos dos sujetos con su detector y su pala están patrocinados
por el National Geographic. Con todo lo que ello implica.
Y si nos ponemos un poco
más serios, lo preocupante no es
tanto lo que hacen ni cómo lo hacen, sino el planteamiento y la imagen que
traslada a la sociedad. Lo difícil que es ganar el pulso a cazatesoros de
verdad (no a dos bestias pardas con una pala) cuando siguen rodeados de un aura
de autoridad, misterio y aventura. Lo complicado que es defender que la
Arqueología es una profesión sacrificada y seria, como cualquier otra, cuando
estamos viendo lo divertido, lucrativo y “guay” que es coger el camino fácil,
ignorando las consecuencias que eso tiene para un patrimonio que al fin y al
cabo, es de todos. Los que piensen que es un caso aislado, pueden echarle un
vistazo a este otro programa patrocinado por Discovery, que, como extra, añade
algunos cartuchos de dinamita al combinado:
O al nuevo anuncio de la ONCE de
este verano. http://www.once.es/new
Algunos también queremos nuestra
parte: conocimiento, legado para nuestros hijos, y un patrimonio que no sea
manoseado por amateurs con superávit de adrenalina. Eso si que es un tesoro.
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