domingo, 15 de junio de 2014

Una de piratas.



Rafael Hernandez






“La Marina es una carrera que nunca se acaba”.





-         ¿Una taza de café, Comandante?, está aguado pero calienta las tripas.

-         Se agradece, Cabo Duarte ¡¿Cubierta de carga?! ¡Metan esos contenedores en la bodega ya, antes que este viento los deslice por cubierta!. ¡Avise al contador y que asiente toda la carga ahora mismo!. ¡Timonel, apártenos de este portacontenedores y devuélvanos a origen!, lo que queda es trabajo de los remolcadores y del práctico.

-         ¡Volviendo a origen! ¡A la orden Comandante!



Escorando a babor con fuerza y luchando con el fuerte oleaje, la fragata tomó rumbo al punto asignado. El pequeño ciclón subtropical, estaba dejándonos atrás y perdiendo fuerza a medida que tocaba tierra, aún así el viento rolaba fuerte antes de encalmarse, empapándonos con sus ráfagas de lluvia, fría y pegajosa. Una guardia de perros, esa es la que tocábamos a su fin. ¿Pero que guardia no era de perros hoy día?. La deriva continental se activa, empujando, lenta pero firme y visiblemente. La masa oceánica se abre. Nuestro pequeño mar se eleva antes de desaparecer, tragándose antes millas y millas de costa. Haciendo emerger picos donde no los había. Ha pasado mucho desde los tiempos antes del deshielo. Las temperaturas y el clima son asfixiantes, pero mejor este intervalo tropical. Porque el futuro es frío, muy frío. Para la mayoría de nosotros la madre mar es nuestra casa. Y la vida que tenemos para contar se parece más a una continua pelea de taberna, seca, bronca y desangelada. Un buen puñado de esta humanidad, esquilmada, desesperada y codiciosa, todo hay que decirlo, son los piratas de hoy, más feroces que nunca, en un mundo lento para encontrar respuestas.



Piratas que atacan las costas. Piratas que abordan navíos. Piratas que intentan esquilmar todo cuanto sea posible, de cuanto la madre mar guarda sobre y bajo las aguas de las antiguas costas. Los piratas quedan bien en películas y canciones. Pero si abordan tu barco o atacan la costa donde vives, pierden todo su gracia y te cagas en su estampa. Luego rezas lo que sabes para que se contenten con el botín y no sea peor. Y los de hoy no izan bandera alguna para avisar de sus intenciones. Puede ser cualquiera. Esa barca que aparenta pescar, ese velero que un minuto antes agitaba los brazos al saludar, ese carguero de navegar lento y pesado que, sin aviso, te lanza una ráfaga de disparos y un minuto después te esta tragando en su bodega… Un pandemonio, si uno lo ve con perspectiva. Que es la única forma de verlo que hoy me queda. Porque toda esa costa, que en los días claros puede verse, es un espejismo en su mayor parte. A poco profundidad y a muy poca en bastantes casos, afloran las aristas de la antigua raza. Terrazas de edificios. Agujas de antenas de todo tipo, cables, árboles, montañas. Objetos de codicia. Como y según en que latitud y longitud de la carta estemos. Unas cartas que cada día, como el que dice, deben cartografiarse y renombrase de nuevo. La alta radiación solar dificulta las comunicaciones de satélites y ondas largas de radio, telemetría… Operamos con ondas cortas y la menor tecnología digital posible. Por eso los mapas, la regla, el transportador de ángulos, el compás, el sextante, el cronómetro, una buena vista, unos mejores binoculares y la pericia antigua de los marineros, son nuestra mejor herramienta, hoy día. En medio de ese panorama, está mi trabajo.



Carmen García Gavira, Capitán de Fragata, Comandante del “Halcón, una vieja fragata de la clase Jaime Janer Robinson, o F-405, asimilada a la actual Clase 5 de la Armada. Clase 5; Viejos navíos militares, artillados y asignados desde que tengo memoria. Sólo por encima de la clase 6 y 7. Clase 6; Las naves de Salvamento Marítimo y el Grupo Oceanográfico. Clase 7; Las naves civiles artilladas, con funciones de avisos, correos, transporte y recuperación. Hasta eso hemos llegado. Las Armadas de los países que quedan en pie son insuficientes para tanto trabajo. Luego, ¿tenías un casco que flotaba y podía artillarse dignamente?, pues ya tenías trabajo. La paga es la comida y los botines. Botines, si. Porque toda Armada de hoy opera con Patente de Corso. Ejerciendo de guardacostas, cartógrafos, mineros, hidrógrafos, arqueólogos, buzos, y quien sabe que más. Y bajo esa piel de trabajo oficial, la autentica piel. Zorros de mar, cancerberos de costa, perros de presa. Corsarios defendiendo lo poco o mucho que quede por defender. No, no hemos cambiado tanto como raza. Pelearnos es lo mejor que sabemos hacer. Otros podrán contar otras historias, pero esta y hoy, es la que me toca contar a mi.



El abuelo era un marino que amaba la Armada y un visionario. Dedicó toda su fortuna y todo su empeño en mejorar la vieja idea de la propulsión magnetohidrodinámica para liberar a los buques de las propulsiones de combustibles fósiles o atómicos. “El mar es la respuesta”, decía. Y su segunda y brillante idea. El sistema Thanos. Un sistema de guía y rastreo de combate, que puede manejar desde una simple pieza de artillería a un número infinito de ellas. Y lo adaptó a las viejas piezas de ametralladoras BM6. “Lo barato y fiable, siempre será mejor en un mundo que se queda sin recursos”. Y, contra todo pronóstico, lo logró. Mi padre era un marino que amaba la Armada y un currante feroz. Dedicó todas sus energías, fortuna e influencias, en poner todo el trabajo teórico del abuelo sobre un casco tangible y real. La vieja F-405, rescatada del desguace y rebautizada ”Halcón” en honor al mote con que padre llamó siempre a madre. Y, contra todo pronostico, lo logró. El día de las pruebas ante el Almirantazgo en pleno yo estaba a su lado. Una joven Guardiamarina, entre mi padre, Capitán de Navío y el Almirante de la Flota en persona. Amigo de la familia, por que si no de que. El que tiene padrinos se bautiza, ya se dice. Todas las risas que había provocado la vista de la antigualla de fragata, enmudecieron al alcanzar esta a los 60 nudos sin dificultad, en una casi absoluta ausencia de ruido y vibraciones. El mutismo se convirtió en muecas de asombro, cuando en los ejercicios de navegación y operaciones, el sistema de propulsión del “Halcón” demostró de que era capaz, gracias a los  2 impulsores de popa, los 2 de proa y 4 impulsores centrales que le permiten, en parada, una rotación sobre eje de 360º a 1rpm. El asombro se convirtió en estupor cuando, en las pruebas de control de tiro, el Thanos demostró de que era capaz. Desde un único disparo a los 12.000 por minuto de cada ametralladora BM6 de 6 cañones giratorios, calibre 25, multiplicados por las 48 con que estaba dotada la fragata. Un infierno balístico de sorprendente eficacia y belleza, al menos para un marino de guerra, que dejó los cascos semi y blindados de los blancos como un colador. Efectividad 100%, cobertura 100% desde flor de agua. Con un radio de alcance efectivo de 5km. Coste raquítico, porque los proyectiles y los recambios se recauchutan a bordo. “¡Quiero eso en todas mis naves!” dijo el Almirante, cuando recuperó el aliento. Padre se forró con las patentes y aseguró un futuro, incierto, pero futuro al cabo, para su descendencia, que soy yo. Y van 27 años en la mar, con el “Halcón” a pleno rendimiento. 27 años de cartografiar y marcar los accidentes nuevos para revisión. 27 años de salvaguardar las costas y la imaginaria y cambiante línea de las 250 millas náuticas de nuestras aguas territoriales. Y aunque no siempre hemos ganado, el balance es intachable. 18 bajas en todos estos años. No se…



-         ¡Comandante, perdigón por la amura de babor, en rango de tiro, 62 nudos y acelerando!

-         ¿Rumbo de colisión, CIC?

-         Negativo, en paralelo hacia la costa.

-         ¿Respuesta al Alto?

-         ¡Negativo de radio, acústicas y visuales. Omiso el disparo de advertencia.  Sin identificación.  4 tripulantes. Carga opaca, Comandante!

-         ¿Tiempo para arribo?

-         ¡T  menos 98 segundos, Comandante!



Un perdigón es una semirrígida de eslora y manga variables que los contrabandistas y los piratas usan para el paso de contrabando, normalmente de mar a costa. Suelen ser negras y operar entre la medianoche y el alba. Fían su efectividad a su extremada velocidad y ese es su punto flaco. Muy ligeras y muy veloces. Un garbanzo que toquen les hace volar por los aires. Peligrosas si entran en rumbo de colisión. Una de ellas, no detectada a tiempo y cargada de explosivo nos dejó un hermoso boquete en la proa, ya hace. Es el final de esta guardia y no pienso malgastar ni un cartucho con ellos.



-         ¡Cubierta de cable!. ¿Listo cable de marcación que tendimos ante la costa?

-         ¡Ayustado, tenso a un tercio de braza bajo la línea y operativo, Comandante!

-         Bien… ¡Control de vuelo, maniobra de hombre al agua en línea del cable de marcación, ahora! ¡Operaciones, designe un pelotón que apoye a rescate y limpien la zona de impacto, no queremos perder ese botín ¿verdad?.

-         ¡Desde luego que no!. ¡A la orden Comandante!

-         CIC, pase las imágenes de infrarrojos de la aleta de babor por nuestras pantallas, quiero ver ese salto…



Acabar de decirlo y con un seco estampido, los fuerabordas del perdigón que ya venía dando pantocazos con esta mala mar, chocan con el cable tendido. El choque hizo saltar primero y dar varios rebotes sobre la superficie después, a la embarcación, quedando con la quilla al aire. Con suerte, cuatro tripulantes magullados que recoger del agua y presentar a las autoridades. Con menos suerte, serían menos. Pero a estas alturas, esto es una victoria. Nadie les manda contrabandear.



-         ¡Seehawk  a puente, 3 supervivientes y un cuerpo a flote! ¿Cuadra?…

-         Cuadra, Seehawk. Recojan y vuelvan a cubierta. Gracias muchachos… Cubierta de cable, tendrán que revisar ese trabajo antes de acabar su guardia. Que las boyas de marcación de superficie sean para su relevo de guardia.

-         ¡A la orden Comandante!.



Una mirada más allá del puente de mando. El pequeño ciclón deshaciéndose tierra adentro, por la amura de babor. A dos cuartas por el horizonte, amanece, claro y calmo, otro día de calor infernal y pegajoso. Ahí fuera; Perdigones. Ratas y Pulgas, que son embarcaciones de 1 o 2 tripulantes. Calamares, que van a remo. Pastiches, que son mitad motoras mitad veleros. Gaviotas, veleros de menos de 12mts de eslora. Cabronas, que son veloces y grandes yates artillados por los piratas. Esponjas, que son artefactos montados con cualquier cosa que flote y repletos de personas, hambrientas y desesperadas por llegar a cualquier costa. Una retahíla a la que cada día se añade algún nombre más, están, ahora mismo, haciendo de las suyas o preparándolas. Y un bosque de mástiles y cascos, civiles y comerciales, retornando a la seguridad de puerto tras la tormenta, bajo nuestra protección. Como cada jornada. Y toda nuestra Armada, desde embarcaciones privadas, fragatas y corbetas tan viejas como la nuestra, los nuevos y temibles BAM clase “Matador”, autentico azote de los piratas, las patrulleras del Servicio de Policía Naval, las unidades de Salvamento Marítimo, hasta el  “España”, Puerto Cero y portaviones desde donde opera el mando de la flota, todos, como digo, trabajando para proteger este mundo de costas cambiantes y puertos móviles. Un mundo de escasez de todo, donde las armadas pequeñas y ligeras hemos ganado a las potencias que lo apostaron todo a las superestructuras de costes inviables y armamento insostenible. El último armamento pesado que recuerdo, fueron los misiles balísticos intercontinentales Bulavá, RSM-56, que un submarino ruso, el “Kronstadt”, vino a intercambiarnos por víveres, repuestos y agua potable, en este mismo puerto, ya hace. Los ingenieros de puerto convirtieron el inservible silo de misiles en deposito estanco y aséptico de agua potable. Una forma civilizada y amable de quitar de en medio ese horror atómico y dejar los submarinos y cascos medio inservibles, caso que vayan a parar a manos de cualquier pirata. Estuvieron una eternidad dándonos las gracias. El abuelo acertó en sus predicciones. Lo pequeño y fiable ha ganado en mar y tierra. Una regla única de enfrentamiento en este mar; Protocolo de comunicaciones y advertencia. Casco amigo; Bienvenido a casa. Casco enemigo; Abordar, inutilizar, apresar. O hundir a cebollazo limpio, según caso. Una regla única de honor en este mar; La vida por el compañero, por el náufrago, el necesitado y el vencido. Sea quien sea. Y con eso vivimos. Las tripulaciones arrestadas, engrosan el rol de las tripulaciones perdidas. Sin mucha queja. Pocas bocas tienen aseguradas tres comidas al día, hoy por hoy. Lo recuperado es botín de guerra; 20% para el Almirantazgo, 7% para el agente de presas, el resto para la tripulación, proporcional al rango. Aún hay quien se acuerda del Quinto Real, que ya es decir. La pérdida de vidas, si las hay, de uno u otro lado, se lamentan. Son tiempos secos y desesperados. Tiempos de matar o morir. Pero aún somos humanos. En el horizonte, una vela que alegra la vista.



-         Timonel, ¿reconoce ese aparejo?

-         Si la vista no me engaña, es la Goleta Morena, y por la hundida que viene, con las bodegas hasta los topes.

-         Eso es. Hasta los topes de restos arqueológicos recuperados, de muestras, de datos de investigación, de gente de estudio ¿Me creería si le contara cuanto envidio ese barco?.

-         ¿La Morena, Comandante? Pero si es una nuez prehistórica que sólo desplaza 100tn. Artillada sólo con un BM2 a proa y a popa. No quiero saber el miedo que deben pasar, rezando para que no les vea ningún pirata antes que nosotros…

-         Cierto, muy cierto, timonel. Pero esos hombres maniobran sus aparejos y de su pericia depende llegar a buen puerto. Sienten el viento en la cara todo el tiempo y el oleaje los empapa cuando la mar se cabrea…. ¡De verdad que los envidio!….

-         Con permiso, Comandante, con toda franqueza ¡¿Está de cachondeo?! ¡Con los tiempos que corren! – Respondió el timonel unos segundos después de pensarlo.



Y yo me giré al oírle, con cara de sorpresa. No por la franqueza de las palabras. 27 años de lucha, codo a codo, dan para mucho relajo en el ceremonial. Si no por lo de cachondeo. No creía tener sentido del humor. Por todas las astillas…



-         Capitán, la Morena arría su bandera…

-         ¡Arriar bandera a media driza y a tope! Y la señal para la Morena; Despejado. Bienvenidos a puerto…. ¡Atención en cubierta! ¡Control de tiro, 5 salvas, que no se diga que no somos hombres de mar!…



La guardia de mañana y todo el personal libre, firme sobre cubierta y 5 salvas, saludaron, al paso por la quilla del Halcón de la Goleta Morena. Desde la Goleta respondieron con “¡Vivas!” Hasta quedarse afónicos. Aún quedaban hombres de honor y de mar, por fortuna. Aún quedaban hombres con memoria. Como envidiaba esa arboladura. Como añoraba esa libertad que da la inseguridad de un casco desprotegido en alta mar. El otro grito que lanzaron; “¡Crías de yubarta!”, casi hace saltar más de una lágrima a bordo. Avistar crías de yubarta es sinónimo de esperanza. Han pasado muchos años del último avistamiento.



-         ¡Atención, oficial en puente!

-         ¡Buenos días, Teniente Urbizu!. Noche movida con el pequeño ciclón que nos ha barrido; Dos perdigones apresados, el segundo en camino. Siete de sus tripulantes en los preventivos. Un portaaviones, el “USS Hurrycane”, dentro de las 250, pidiendo permiso para comprar alimentación atómica. ¡Nanay!. Es material descatalogado y comercio prohibido. Que se arreglen, si pueden, con el mercado negro en aguas internacionales. Dos BAM, el “Tritón” y el “Barracuda”, escoltándolos fuera de nuestras aguas. El “Tritón” nos ha dejado ordenes del Almirantazgo y correo. Esta correspondencia es para Utd. Hemos abordado el “Orinoco”, un clase Spaarmeer de 11.000 TEU, con señal Foxtrot Victor. El ciclón les pasó por encima y los dejó sin comunicaciones y sin gobierno. Tres cabronas lo estaban hostigando cuando llegamos. Hundidas a cebollazos. Sin supervivientes. Carga irrecuperable. El viejo Capitán Andros con bandera panameña. Bodega con sello Ducal. De los contenedores en cubierta buen botín; Tabaco, café y azúcar de caña y ropa interior de protección UV. La ropa repártala entre la tripulación como pueda. Que figure en los libros como “recompra directa”, a descontar de mi parte. Ajuste las cuentas con el agente. La tripulación lo merece. Una esponja con 138 almas a bordo que transferimos a la Salvamar “Antares”. Cable tendido y operativo. Restan las boyas que es cosa de su guardia. Operaciones y CIC le darán todos los detalles. Una vía de agua reparándose en el través de estribor, cubierta de máquinas.

-         ¿Ese Spaarmeer era un Papa Luna?. Están espabilando. El sello Ducal es inviolable y siempre dejan algún cebo en los contenedores de cubierta, como el de hoy. La panameña tiene los días contados ¿lo saben?…



Lo de Papa Luna, es el apelativo para la flota comercial del Vaticano. Porque fue en ese castillo, ahora sumergido, donde se firmó el acuerdo que les daba vía libre en el comercio marítimo y prerrogativas como el sello Ducal en sus bodegas. Nosotros a cumplir y a hacer cumplir, que la política no es cosa nuestra.



-         Lo saben. El capitán tuvo el significativo detalle de enseñarme la nueva bandera Ducal que entrará en vigor en cuestión de días. Me recordó a la vieja de nuestros tercios de Flandes. Pueden permitírselo. Tienen lo que pocos países ya. Economía firme y presencia en todos los puertos.

-         ¿Bandera de los tercios?…. eso es historia muy muy antigua.

-         Historia más que antigua, si, pero ya sabes cómo me gusta. Y parece que repetimos. El escenario naval de hoy, empieza a parecerse mucho al de hace eones. Todos contra todos y los piratas  de mar y tierra sacando tajada.

-         Un escenario que ni pintado para “mamá cebollazos”, entonces…

-         Borra esa risita…. ¿Así es como me llaman en el Almirantazgo?…

-         En toda la flota, en realidad…. Una ocurrencia de los Infantes de Marina, que admiran como te brillan los ojos, cuando escupen los BM6…

-         Abuelo artillero, padre artillero…. Viene de familia… Que rían lo que quieran, la risa es buena para la moral del barco, eso si, que no lo oiga en boca de nadie a bordo, corre la voz.

-         Son conscientes, pero pasaré el recordatorio.

-         En fin…cuando acaben con las boyas, libre toda la carga en puerto. Que todo el personal desocupado ayude en la operación. Cuadre con el contador y el agente de presas, reabastezca y ponga rumbo al faro de Monte Toro. Tenemos ordenes de reunirnos con un convoy de colonos y escoltarlos hasta Nueva Maracaibo. Aquí están esas órdenes. La tripulación está exhausta, pero zarpe cuanto antes y nos ganaremos un buen descanso en Tierra Pitiusa. Eso les dará brío y motivación. Nos releva en la posición la “Covadonga”, al mando del Capitán Nicolás Alonso Prat. Es un viejo amigo. Avíseme en cuanto aviste su gallardete e invítele a subir a bordo para cumplimentar las formalidades. Largue la tajamar y arríe nuestro gallardetón en cuanto su lancha se dirija a nuestro encuentro, que pueda verlo. Como deferencia. Voy a descabezar un sueño. ¡El mando es suyo Teniente. Buen servicio y buena proa!.

-         ¡A la orden Comandante! Descanse.



La mayor parte del trabajo es rutina. Pero esas ordenes para escoltar un convoy a ultramar, serán un incentivo para la moral de la tripulación. Navegar en mar abierto, en unas aguas infestadas de piratas de gran calado, promete acción y mejores botines. No hemos cambiado tanto los hombres de sal, al cabo.



Antes de cerrar los ojos, le doy las buenas noches a los retratos que guardo de mis hijos. Beatriz, Autoridad Portuaria Atalanta, el puerto móvil cuya protección nuestra escuadra tiene asignada. Base de operaciones contra la piratería y sede del Tribunal de Presas. Y Rodrigo, mi pequeño, Sargento de los TEAR embarcados en el P-382 “Mercurio, uno de los sufridos BAM que patrullan el límite de las 250 millas, fogueándose a diario con la peor calaña que existe ¿Mamá cebollazos? En este mar, como si tengo que detener a todos los piratas a mordiscos y con un hacha de abordaje. Por ellos y por todos…



Cierro los ojos soñando con este mundo que se sumerge y desaparece… soñando con ese casco ligero, de arboladura llena, con el que navego en un mar libre de desesperación y muerte…



Llena de una felicidad antigua como la madre mar…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos un comentario.
¡¡Gracias por participar!!