domingo, 6 de julio de 2014

Mitos y leyendas del Mar: Escila y Caribdis

Equipo AdARQUA




Cuando Circe advierte a Odiseo los peligros que va a correr cuando abandone su isla, las recomendaciones son clara: su nave tendrá que pasar entre dos escollos, tan altos que llegan hasta el cielo, donde habitan dos terribles seres: Escila y Caribdis. La una es un horrible monstruo de doce pies y seis cuellos terminados en otras tantas cabezas cuyas bocas están provistas de afilados dientes; la otra una insaciable criatura que engulle todo cuanto encuentra. Y en su paso, la nave de Odiseo debe acercarse más a Escila pues, aunque pierda a alguno de sus hombres, Caribdis sería fatal para todos. Pero no debe el héroe intentar luchar con ella ya que es inmortal y no podría vencerla.



La descripción homérica del monstruo Escila es clara y detallada. Sin embargo, en el arte griego arcaico no existen representaciones suyas ni de este episodio. Las imágenes de Escila comienzan a aparecer a mediados del siglo V a.C., pero en ellas tiene un aspecto totalmente diferente, pues es representada como un torso de mujer con una larga y enroscada cola de pez y unas cabezas de perro saliendo de su cintura. Esta es asimismo la Escila de los testimonios literarios tardíos según los cuales su aspecto híbrido se debería a los celos de Circe. Un relieve de terracota mello nos muestra a Escila de perfil vestida su parte femenina con un guitón y terminada en una cola de pez o serpiente marina enroscada. Dos torsos de perro salen de su cintura. Con ese mismo aspecto aparece frecuentemente representada en monedas del sur de Italia, monedas procedentes de ciudades relacionadas con el estrecho de Mesina que era el lugar donde tradicionalmente se situaba la cueva donde habitaba el monstruo.





Esta diferencia entre las representaciones artísticas de Escila y su más antigua fuente literaria podría ser debida a que pintores, escultores etc. evitaban representar los monstruos y seres desagradables. O bien se trataría de una tradición diferente a la que recoge la Odisea.


En cuanto a Caribdis, los artistas griegos no parecen haber sido capaces de plasmarla. Un monstruo indeterminado, un remolino que engulle el agua para después expulsarla no es fácil de representar. Pero un detalle que cita Homero, la higuera junto a su gruta, sí aparece en ocasiones representada. Hay autores que piensan que tiene relación con este episodio la imagen de un skyphos de finales del siglo VI donde aparece un hombre sobre una tortuga, una higuera y una cavidad. Sin embargo habría un desajuste con el poema pues no es sobre una tortuga sino sobre un madero de su propia nave donde Odiseo se salva de ser engullido por Caribdis. Según algunos autores este tipo de representación sugiere la existencia de una leyenda alternativa que describe a los habitantes del mar amistosos con el héroe.



Extraído de Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, t. 12, 1999, págs. 87-105. Presencia femenina en la travesía de Odiseo: estudio iconográfico por Mercedes Aguirre.

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