Equipo AdARQUA
En
1938 la Señora Pretty,
apasionada de la
Arqueología, contrató al arqueólogo Basil Brown para que
excavara ciertos montículos en sus tierras, en Sutton Hoo, Suffolk, Inglaterra.
Con el tiempo se descubriría que los numerosos montículos de esa zona
pertenecían a dos cementerios del VI y VII d.C. Pero el hallazgo que acapararía
la atención, y el que hoy en día se reconoce como Sutton Hoo, fue un navío que lejos de naufragar, fue deliberadamente enterrado,
como parte de un rito funerario anglosajón.
De
hecho, fue la huella del barco impresa en la arena compactada lo que apareció
ante sus ojos puesto que hasta el último trozo de madera, al descomponerse, había
desaparecido en el momento del descubrimiento. La humedad, combinada con una tierra muy ácida,
había hecho desaparecer toda la materia orgánica, dejando sólo el más asombroso
negativo de un barco. La forma de cada tabla quedó impresa en la arena y los
ribetes de metal empleados para sujetar las tablas se mantuvieron inmutables en
sus posiciones originales.
El
barco debía de tener unos 27
metros de eslora y una manga de unos 5 metros. Tan
perfectamente estaba impresa la huella en la arena, que incluso fue posible ver
zonas de reparación del navío en tres lugares diferentes, lo que sugiere un
largo historial de servicio para la nave previo al uso funerario.
Extrañamente,
Sutton Hoo no sólo era un navío sin navío sino que era un navío funerario sin
difunto. Así como no quedaban restos de la madera, tampoco quedó rastro alguno
del esqueleto, quizá debido a la propia acidez del suelo. (Aunque los altos
niveles de fosfato de la tierra indican que en algún momento hubo
huesos en la cámara mortuoria).
El
ajuar hallado en esta tumba es tan imponente que ha llegado a considerarse que
el sepulcro podía ser el del rey anglosajón Redwaldo, cuya muerte coincide con
la fecha de las monedas (de oro) halladas que, procedentes de diferentes
lugares de la Galia,
permiten datar el entierro cerca del 625 d.C. Las piezas del navío funerario
sugieren una gama cosmopolita de inspiraciones que alcanzan hasta el Próximo
Oriente, pasando por influencias romanas y celtas, y nos hablan de la gran importancia
de este enclave (Río Debden) como centro de la actividad económica anglosajona
en el siglo VII.
Cubierta de bolso de hueso o marfil. El bolso de cuero fue encontrado sobre la arena con 37 monedas de oro en su interior.
Más información: The Sutton Hoo Society
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